Sabía que aquí seguiría estando. Hace 17 años que partí de mi país con mi familia en busca de un futuro mejor para todos. Y frente al edificio en el cual viví toda mi infancia, aún se posa reluciente mi heladería favorita.

Aún conserva su misma silueta. La disposición de su entrada y terraza intacta como siempre. Más moderna que nunca y adaptada a los nuevos tiempos. Como un buen vino añejo que el paso de los años solo lo vuelven más especial y delicado.

Son muchos los locales que aún siguen en pie en mi barrio. Tal cual los deje en mi partida. La inmobiliaria de la esquina de mi casa, la pinturería de enfrente. Miles de Flashes invaden mi cabeza, mi alma y mi corazón.

Escucho susurrar en mi oído a mi madre. Nos toma a mi hermano y a mí de la mano mientras caminamos para emprender una de las tantas expediciones por este maravilloso barrio.

Esta todo tan igual. Y yo tan diferente. Que evidente se hace desde aquí lo alejado que me sentí de todo lo que quería ser de niño en un momento de mi vida. Afortunadamente llevo ya años DESAPRENDIENDO. Y cada día que pasa me vuelvo a sentir un poco más cerca de aquel niño inocente y profundamente ilusionado de la vida.

Si hay algo que cada día que pasa tengo más claro es que este juego que se llama vida va de eso. No va de aprender, va de desaprender y volver a ese estado de estar presente en cada momento.

¿O acaso cuando eras pequeño te preocupabas tanto por el futuro? ¿O te lamentabas como ahora por tu pasado?. No verdad.  Simplemente estabas ahí y cada juego que inventabas en el día era una aventura que te permitía estar simplemente ahí. En ese lugar... En ese momento...

Vivir el aquí y el ahora como dicen los grandes maestros. ¿Pero estamos preocupados con muchas responsabilidades verdad?. Y nos terminamos olvidando de los más importante. Vinimos a esta vida a disfrutar y a hacer realidad nuestros sueños.

No puedo explicar con palabras lo que se siente haberte convertido en aquella persona que siempre quisiste ser. Pero está claro, para que eso suceda necesitas conectar con tu mejor versión. Y necesitarás descubrir tu también que detrás de todas las excusas que te pones día a día para no salir de tu zona de confort, lo que realmente tienes se resume en una palabra.

MIEDO.

Pero recuérdalo siempre. Valiente no es aquel que no tiene miedo, valiente es el que lo enfrenta.

Yo Soy Lucas