Estoy tocado. Estos días en Myanmar me dejaron pensando, me tocaron de una manera que una parte de mi explotó en pedazos y ahora los estoy juntando para volver a un punto de equilibrio diferente al inicial.

Puedo decir que la gente allí es increíble. Humilde, atenta, cortés, simpática y una lista interminable de cualidades que los hacen muy especiales. Pero no es eso lo que más me llamó la atención. Es el país en el que más niños he visto trabajar en mi vida. Y hablo de niños a partir de 6 años. Familias enteras regenteando un restaurante donde todos sus hijos a partir de  6 años hacen las veces de camareros, cocineros, freganchines y mil cosas más.

Niños que en las aldeas mezclan el juego con labores cotidianas como ir a buscar el agua, madera para cocinar, arar la tierra y hasta construir carreteras. Si NIÑOS, lo digo bien, no me lo contaron ni lo leí en ningún sitio, lo vi con mis propios ojos.

No voy a entrar a comentar si esos niños deberían o no hacer lo que hacen. No voy a hablar de la expresión de tristeza cuando le pregunté a uno de ellos si iba a la escuela y me contestó que no. Voy a callarme por un segundo y voy a quedarme con su simpleza y entrega. Son verdaderos maestros porque la gran mayoría de ellos hacen todas tareas con una sonrisa.

Dar  valor a las cosas

Me invitaron a escribir un artículo los amigos de  Aloha y lo hice sobre la gratitud. Una invitación para que meditemos un instante y demos gracias por todo aquello que tenemos.

Aquellos pequeños detalles como un baño, una cocina eléctrica, agua corriente, luz y muchas otras cosas que hacen de nuestro día a día una expresión de comodidad. ¿Qué más queremos?  ¿ Cuántas pulgadas más tiene que tener nuestro televisor, cuantas cilindradas más ha de tener nuestro coche? ¿Qué más necesitamos para ser felices?

Me parece que nos estamos equivocando señores... Todo es bastante más fácil de lo que lo estamos haciendo...

Estoy tocado si... Tengo bronca también... pero prefiero ver y sentir estas cosas que vivir con los ojos cerrados...

Somos millonarios  y no nos damos cuenta...

Yo Soy Lucas