Diario emocional de un mochilero

Si lo que deseas no viene a ti, usa el plan ve.

Cap. 6 - El Camino de Santiago - Camino Portugués.

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Cap. 6 - El Camino de Santiago - Camino Portugués.

Fue por casualidad que el Camino de Santiago se presentó delante de mí. Estaba viajando por Portugal, mi primera aventura solo, cuando una llamada de teléfono muy poco habitual me mostró que también había una versión del camino que se podía hacer desde allí. La primera sensación fue de sorpresa, me pareció increíble, llevaba al menos 2 años con esa idea rondando en la cabeza. Lo que no quería era tomarlo como un reto físico, una prueba más para comprobar si podía o no. Esta vez la pregunta fue otra. ¿Quería realmente hacerlo?

Así que me fui a Vigo y tras despachar la mochila con más de 20 kilos directamente a Santiago por bus, conecté con el momento presente. Decidí que quería DISFRUTAR del Camino de Santiago y que llegar no era lo más importante.

Comencé solo, y ya a los pocos fotogramas que se ven en el video se puede apreciar que me cruce con gente increíble, fue algo mágico, me pasaron cosas que costaría explicarlas  en palabras porque tienen más que ver con el corazón que con la razón.

Para no variar me paso de todo. Elegí cenar sólo en Caldas de Reis y viví uno de los momentos más intensos de mi vida. Estaba en el albergue de peregrinos comiendo una lata de albóndigas que me había costado 1€ y me sentía tan conectado al lugar y a mí mismo que literalmente  experimentaba una profunda paz como poquísimas veces en mi vida.  Una palabra rondaba por mi mente. MILLONARIO, ahora mismo me siento MILLONARIO.

El quinto día del camino a Padrón se convirtió en una tortura. El doctor, más luego, lo llamó fascitis plantal y fue un mes de rehabilitación con el genio de Juan. El  dolor era tan intenso como si alguien estuviera clavándome un punzón en la planta del pie a cada paso que daba. En los últimos 7 kilómetros, me separé del grupo porque ya era imposible seguirles el ritmo. En ese punto quedamos solamente, el camino y yo. Pensé en dejarlo ahí puesto que sentía que no tenía que demostrarme nada. Lo cierto es que algo decía que siguiera... y así lo hice escuchando en el móvil una lista de música que podrían levantar a cualquiera de una cama.

 Tras visitar a un doctor en Padrón, me dijo que si realmente quería terminarlo podía. Faltaban sólo 20 kilómetros y podría hacerlo recetándome unas pastillas antiinflamatorias. No recuerdo bien el nombre, pero eran más fuertes que el Ibuprofeno.

Algo cambió en el camino, algo que me está costando reproducir en el día a día pero que se que tarde o temprano lo voy a conseguir. Una de las cosas que el camino me enseñó es que para llegar a un sitio existen muchas direcciones,  atajos, desvíos, caminos más largos, cuestas. Pero el camino no consiste en llegar, simplemente hay que dirigirse a la próxima flecha, porque el camino se muestra así... flecha a flecha...

Yo soy Lucas (Y cada vez me creo más lo de ser escritor... poco a poco... flecha a flecha...) jajajjaja xD

Yo Soy Lucas